17.2.11

Fuente de Agua de Mar (Versión Final)

La fuente admiraba los latidos de los tacones falsos usados, tomados, abatidos de tanto subir y bajar las lomas de un corazón, cubiertos por la brisa de la ruidosa tormenta manipulada por un jardinero gordo y viejo, senil de mente, pero no de imagen, que leía aquel misterio enmascarado, una historieta sobre la vida y la muerte en Marte, mientras aquellos tres arrojaban destellos de recuerdos al fondo de la fuente ignorante de memoria. Cada moneda que se desprendía de sus manos alimentaba aquel profundo apetito voraz pasivo húmedo y sucio. Las ondas formaban valiosos ojos hipnóticos que transportaban al espectador a un mundo de dicha y carcajadas.

  • Dame tu mano y pisa junto conmigo – Susurraba aquel joven trémulo.
  • No – Apenas murmuró la joven floral.
  • Unidos atravesaremos las cortinas de las cascadas vírgenes, demostrando que nada ni nunca la delgada capa del vacío llegará a separarnos; el adhesivo que mantiene nuestras ideas se hará fuerte con el pasar de los vientos.

La marea subió violentamente, brusca, en este mar sereno, llevándose consigo a la joven, dejándolo a él solamente cubierto de sal. Con la mirada en el suelo, pudo observar el medio paso que la joven había dejado. Un diminuto talón marcado sobre la mugre que escupe el mar cada que un amor osado y lleno de nada, vacío de todo, se apresura a rasgar el velo del tiempo, se había quedado grabado en la piel sensible de las rocas.

Ahora casado con una mujer árbol, el joven, todas las mañanas devora manzanas y planta las semillas cerca del mar, en línea recta al talón fósil, esperando pescar el preciado manjar perdido en una noche de octubre, octubre de agua salada en un vaso de vidrio artesanal.

No hay comentarios: